Jugaste con fuego y ahora tienes una cicatriz // 23.04.2023

En los últimos 45 días nos dió a mis amigos y a mí por andar saliendo a Guanajuato, justo como cuando éramos adolescentes y recién le prestaban a Carlos el coche para salir a carretera. Teníamos solo 16 años.Ahora, con casi todos con 26 años, hemos vuelto. Pero 10 años es mucho, muchísimo. Y aún así, algunas cosas no cambiaron.

Como sea, fue un fin de semana bastante divertido. Pocas veces uso este blog como un diario "per-se", a menos que tenga que ver con el recuento de los patos, pero hoy me siento con ganas de escribir. No las mayores ganas como para escribir algo muy trabajado (aunque bueno, eso digo, qué tal que en una hora me entra el ánimo), pero sí para contar mi viernes en Guanajuato.

Algo de contexto, para el Diego del futuro, o el del pasado si la máquina del tiempo se inventó en el 2053. Es la primavera de tus 25, estás a 2 meses de tener 26. Han pasado varios meses desde tu ruptura. Estás intentando tomar menos alcohol y confiar más en ti. Te ves bastante bien, la verdad. Vas en el 6to. capítulo de Red Dead Redemption 2, Arthur Morgan tiene tuberculosis y ya empezó su camino hacia la redención. En la última semana estuviste trabajando en la web de Heavy, aún a nivel de prototipo, pero se va viendo bien. Y este último viernes, saliste de fiesta a Guanajuato con tus amigos y conocidos: Carlos, Claudia, Ezequiel, Dorian, Mariana, Sebastián y Andrea.

En el camino a Guanajuato, iba hablando con Carlos de cómo el lenguaje construye la realidad, de las veces que han usado la retórica contra nosotros: las farmaceúticas, el gobierno, los grupos de poder, el narcotráfico y nuestras ex-novias. Llegamos tarde al AirBNB porque había muchísimo tráfico.

Ya allá, todos me acompañaron por un hotdog (bueno, dos) y estuve platicando con la chica que nos atendió, hizo un milagro y pudo sacarme justo la especialidad que quería, se veía muy feliz. Luego fuimos por mezcales y Carlos pegó su foto del título en una pared. Todos nos prometimos volver y pegar nuestra foto ahí junto a la suya. Muy coming-age movie, la verdad. Después de ahí, fuimos a un lugar llamado Caronte, donde las meseras y meseros se subieron a bailar a las mesas, repartir shots y poniendo corridos, jeje, qué felicidad verdaeramente. Y terminamos en un antro, el mismo al que fuimos la semana pasada, igual de divertido, una chica que vende aretes me pasó su número, me dijo que iba a estar en la Feria de la Nieve en Irapuato, jajaja, suena muy bonito, pero gracioso. Quizá luego le envíe un mensaje para ver sus modelos a la venta. O no, porque las mujeres me dan miedo a veces.

Al salir del antro, Mariana y yo nos comimos un burrito. Yo creo que pocas cosas hay más agradables que comer con alguien, la verdad, sea con tu mamá, tu hermana, tus amigos, el amor de ese momento o un desconocido. A veces es muy romántico vivir.

En el camino a casa, nos encontramos unas chicas en la calles y las invitamos al AirBNB a pasar el after. No sé quién pecó más de confianza, nosotros o ellas, pero henos ahí. En el camino nos íbamos tomando fotos, nos pintamos los labios e íbamos diciendo tonterías. Al llegar nos preguntaron de nuestra música favorita y por alguna razón, escuchamos el homónimo de The Doors, tenía como un montón de años que no lo escuchaba. Fue algo lindo, la verdad. Una de las chicas se fue con Ezequiel a un cuarto y yo me quedé con la otra jugando billar, hablábamos de placas tectónicas, de la historia de la tierra y su composición, porque ella es geóloga y sabía mucho de esas cosas, realmente fue muy interesante. Otra de las cosas que más me gusta de salir es esto: platicar genuinamente. 

Terminamos fumando marihuana mientras amanecía (de verdad que esto era una película coming-age), y para las 6.40 se fueron. Al regresar a León, comí birria con Carlos, Claudia y Dorian.

Ahora, una colección de pensamientos random:

  • Definitivamente tengo unas noches muy raras.
  • Es buen momento para recordar que llorar de confusión no está enemistado con avanzar es más, diría que van de la mano. 
  • Probablemente lo de Carlos vaya a ser difícil, eso que ni qué. Pero todo en esta vida se mueve, y eventualmente todo cae en su lugar. O como diría Wako, la canción que me pasó Lau: Pero guarden bien, tus manos, el cariño, pero guarden bien, tus manos, la ilusión. Porque siempre hay que pararse desnudo frente a alguien y esperar que todo caiga en su lugar
  • No quiero que Arthur Morgan muera, y aunque lo quiera, no puedo hacer nada. 
  • Probablemente sea más deseado de lo que pienso. ¿O es este mi momento más esquizofrénico? Veremos qué pasa. Como sea, me siento feliz de que eso pasara, se sintió bien, y siempre voy a estar agradecido.

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