Todas las hojas son del viento // 10.08.2017

Cuida bien al niño, cuida bien su mente.

 Luis Alberto Spinetta: https://goo.gl/tudxx2

Hoy estamos de nuevo solo tú y yo, son las cinco de la tarde y papá no regresará temprano, así que será otro día de ésos donde nos sentamos juntos a comer y ver televisión.

Mientras yo juego con mis armables tú haces cuentas al reverso de la libreta que uso para anotar tareas; cuentas los gastos y el pago de servicios, cuentas los cerillos y cuentas las servilletas, cuentas lo que tenemos porque es más fácil que contar lo que nos falta y a veces parece que cuentas los días y también las horas, como esperando algo que aún no sabes qué es.

Comienzo a tener hambre y haciendo a un lado la libreta en la que escribes te diriges a la cocina, de entre las pocas cosas que hay en la alacena escucho el estruendo plástico de un paquete y un sartén, creo que ya sé qué harás.

Al poco tiempo el sonido del aceite friendo algo junto al olor del puré de jitomate inundan la casa, después de unos minutos me llamas a comer y en la mesa nuestros platos esperan: adiviné, comeremos de nuevo sopa de fideo.

Hoy luces bonita y de buen humor, no creo que haya sido porque dije algo gracioso o porque las cosas estén saliendo bien. Alguna vez dijiste que cuando estaba dentro de ti lo que más te hacía feliz era comer ésto en una tortilla, quizá por eso hoy no te veo tan agobiada e inclusive pareces contenta, ¿será porque aún te hace feliz comer sopa? Yo creo que sí, aunque te empeñas en decir que no sabes hacerla pero yo creo que estás equivocada, porque las mamás saben hacer todo y además sino supieras no me gustaría tanto; me agrada que la prepares casi sin caldo, que sea tan seca y espesa porque así todo el sabor queda concentrado en pocas cucharadas, también porque me recuerda a las películas donde los hombres están tras las rejas, solo que tú sí haces la comida con afecto.

- Mamá, preparas la sopa más rica de la ciudad.- te dije. Has sonreído. 
Eso significa que también te hace feliz la sopa de fideo, no tienes porque llorar, también a mí me pone contento.

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